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Línea blanca: Del conflicto comercial recurrente a un plan de reconversión secto

INFORME ESPECIAL:
Luego de la imposición de licencias no automáticas de importación, se alcanzaron sendos acuerdos comerciales en los sectores de cocinas a gas y heladeras.

 

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Cualquier restricción de tipo comercial, sin importar su naturaleza, no logrará eliminar las diferencias estructurales de competitividad entre las firmas argentinas y brasileñas.
Se hace necesario complementar las acciones de política comercial con un plan de reconversión sectorial, que le confiera sustentabilidad de largo plazo a la industria argentina.

1. Los acuerdos alcanzados

Luego de que días atrás el Ministerio de Economía de la República Argentina estableciese licencias no automáticas de importación para un conjunto de productos de la línea blanca (heladeras de uno y dos fríos, cocinas a gas, y lavarropas automáticos), cuyo volúmenes de comercio eran objeto de negociación en el seno de la Comisión de Monitoreo del Comercio desde el año pasado, finalmente se arribó a acuerdos preliminares para los casos de cocinas a gas y heladeras.

En el caso de las cocinas a gas se dispuso un ingreso máximo de 90.000 unidades para todo el año 2004. Descontadas las ingresadas durante el primer semestre, el volumen restante (unas 36.000 unidades) se distribuirá, de común acuerdo entre las partes, trimestralmente. Para el primer semestre del 2005 la restricción prevista alcanza las 47.500 unidades.

Para el mercado de heladeras se acordó su reparto en partes iguales (50% y 50%) entre la oferta nacional y las importaciones de origen brasileño. Además de la fijación de un volumen para lo que resta del mes de julio (6.000 unidades), se fijó un cupo de 18.160 unidades mensuales para el lapso agosto –septiembre. Ante desavenencias entre las partes acerca del verdadero tamaño del mercado interno argentino de heladeras, se conformó un grupo de trabajo binacional realizar una estimación del mismo, de la cual se derivará el cupo efectivo para todo el año 2004.

Ambos acuerdos tendrán vigencia hasta el primer semestre del año 2005 y estarán sujetos a la inexistencia de desvíos de comercio en perjuicio del Brasil y a favor de proveedores de terceros países.

2. Diferencias de competitividad

Cualquier restricción impuesta a los bienes importados sustitutos de los nacionales, aunque fuesen de una naturaleza más «fuerte» que la efectivamente adoptada –tales como cupos de magnitudes fijas e inamovibles por períodos prolongados – serán insuficientes para garantizar la subsistencia de las firmas nacionales que elaboran este tipo de bienes.

Es que, por detrás de los periódicos conflictos comerciales en el conjunto de sectores denominados «sensibles», al que pertenecen los bienes de la línea blanca, existe una fuerte diferencia de competitividad entre las firmas de ambos lados de la frontera, debido a un conjunto de razones que se potencian entre sí y que se afianzan con el paso del tiempo.

Puestos a listar algunos de los motivos que concurren al diferencial de precios y/o prestaciones al consumidor entre unos y otros productos, se pueden mencionar los que siguen:

• Diferencias en el tamaño medio de las firmas y plantas de uno y otro lado de la frontera. En muchos casos, en Brasil se encuentran radicadas multinacionales líderes del sector, en tanto que del lado argentino se trata de firmas nacionales de porte medio y capital familiar.

• De lo anterior se sigue, en el caso del Brasil: realización de economías de escala, acceso a financiamiento intra firma, «know how », mayor contacto con las innovaciones de producto y proceso en la frontera tecnológica, etc.

• La principal economía del Mercosur cuenta con una tradición en materia de políticas de promoción industrial que no tiene parangón en nuestro país. En particular, las líneas de financiamiento del BNDES resultan estratégicas en un conjunto de sectores. La Argentina no posee ni tradición política reciente, ni instituciones, ni recursos de una magnitud comparable, lo que le impide realizar una política «espejo» de la brasileña.

• Al contrario, es notorio que, a la fecha, aún el sistema financiero no se ha recuperado de los daños ocasionados por la salida de la convertibilidad, con lo que incluso el financiamiento bancario estándar está ausente.

Esta situación genera una dinámica especial en la distribución regional del flujo de inversiones, que tiende a reforzar las disparidades de competitividad. Esto es así porque, al buscar muchas de las grandes empresas una única localización desde la cual abastecer el mercado ampliado, tanto las restricciones existentes durante la vigencia del uno a uno en nuestro país (veloz aumento del riesgo país, recesión iniciada a mediados de 1998 que se transformó en franca depresión durante el 2001, creciente fuga de capitales, inestabilidad política), como las secuelas del desmoronamiento del modelo de caja de conversión («default » de la deuda externa, paralización del sistema financiero, grave deterioro de los indicadores sociales, etc.) dejaban al Brasil como destino casi obligado (el que, por otra parte, es el mayor mercado de la región).

A la inversa, en los sectores argentinos productores sensibles, la veloz penetración de la mercadería de origen brasileño, manifestación de las desigualdades de competitividad ya comentadas, generan una fuerte incertidumbre que lleva a muchos empresarios a postergar decisiones de inversión, incluso cuando enfrentan ganancias de mercado respecto de las cifras del crítico año 2002 de la mano de la recuperación de la economía nacional, y se encuentran próximos al tope del uso de la capacidad instalada. Por supuesto que la postergación de inversiones no hace sino afianzar las diferencias de competitividad, con lo que se refuerza el círculo vicioso.

3. Una mirada a las cifras

En el Cuadro 1 se han volcado algunas ratios relevantes que nos permiten seguir la historia reciente de los productos que están en discusión. Las columnas, de izquierda a derecha, muestran, para los años 1998 y 2003, la participación de las importaciones totales en el mercado interno (o «consumo aparente»), la participación de la mercadería de origen brasileño en el total de las importaciones, la participación de las importaciones de orígenes distintos al brasileño en el mercado interno, la participación de las importaciones brasileñas en el mercado interno y la participación de la producción nacional (descontadas las exportaciones)en el mercado interno.

Por supuesto, la suma de los últimos tres conceptos debe cubrir el ciento por ciento de las ventas del producto en nuestro territorio.

Se ha tomado 1998 como año de referencia, por ser aquel en el cual comenzó la larga recesión que preludió el fin de la convertibilidad y, por lo tanto, el que debería exhibir valores de producción y de ventas «altos», en términos de nuestra historia reciente (ver Cuadro 1 en la Pág. SIG.).

De la comparación de las cifras surgen los siguientes comentarios:

• En tres de los cuatro productos, el avance de las importaciones en el consumo interno va de 18 puntos porcentuales a 25 p. p., siendo la excepción lavarropas automáticos, que muestra un descenso del peso de las importaciones de 29 p. p.

• En el período se da una «brasileñización» casi completa de la provisión externa de estos productos. El porcentaje más bajo se observa en lavarropas automáticos (77,5% en el 2003), pero en el resto llega prácticamente al 100%.

Cuadro 1: Línea blanca

Impo. / Cons.

Impo Brasil /Impo Total

Impo Otros / Cons.

Impo Brasil / Cons.

PCC Neta / Cons

Heladeras 1 frío

1998

41,9 %

72,0 %

11,7 %

30,2 %

58,1 %

2003

60,1 %

99,6 %

0,2 %

59,9 %

39,9 %

Diferencia en p. p.

18 %

28 %

- 11 %

30 %

- 18 %

Heladeras 2 fríos

1998

41,7 %

26,9 %

30,5 %

11,2 %

58,3 %

2003

65,8 %

95,3 %

3,1 %

62,8 %

34,2 %

Diferencia en p. p.

24 %

68 %

- 27 %

52 %

- 24 %

Lavarropas automáticos

1998

82,4 %

16,3 %

68,9 %

13,5 %

17,6 %

2003

53,0 %

77,5 %

11,9 %

41,1 %

47,0 %

Diferencia en p. p.

29 %

61 %

57 %

28 %

29 %

Cocinas a gas

1998

23,9 %

77,8 %

5,3 %

18,6 %

76,1 %

2003

25,1 %

100,0 %

0,0 %

25,1 %

74,9 %

Diferencia en p. p.

1,2 %

22,2 %

- 5,3 %

6,5 %

- 1,2 %

Fuente: abeceb.com.

• Consiguientemente, la participación de productos importados de otros orígenes, casi en su totalidad provenientes de extra-zona, prácticamente desaparece (a excepción de lavarropas automáticos, en el que conservan un 12% del mercado).

• De este modo, se aprecia que ha tenido lugar un fuerte proceso de desvío de las importaciones, producto de la flotación de las monedas de los países más grandes del Mercosur, que de este modo aumentaron su competitividad frente a la producción de extra-zona.

• Las dos últimas columnas son útiles para evaluar el desempeño relativo de la producción brasileña y la nacional. En todos los casos hay ganancias de mercado para los bienes del vecino país: desde 7 p. p. en cocinas a gas, hasta un máximo de 52 p. p. en heladeras de dos fríos. Al contrario, en tres de los cuatro productos los productores argentinos pierden participación, a pesar del retroceso de la oferta de extra-zona: sólo los lavarropas automáticos son, nuevamente, la excepción, superando en 1 p. p. el aumento de la participación brasileña.

Esto último reafirma lo expuesto más arriba: ante la visión de un retroceso en su participación y una suba de la inserción brasileña, el empresario local procede a limitar sus inversiones. La suma de estas conductas particulares, racionales individualmente, llevan a la irracionalidad colectiva de ponerle un límite a la inversión agregada del sector, la que, de aumentar, seguramente contribuiría a mejorar la competitividad relativa de las plantas locales. De este modo, un plan de promoción podría funcionar como coordinador de las decisiones aisladas de gasto en instalaciones y equipo, favoreciendo un salto en las inversiones.

Conviene hacer un par de comentarios más acerca de las cifras. En el caso de las heladeras, la partida de

Whirpool de nuestro país (recordemos lo expresado más arriba acerca del desvío del flujo de inversiones) obviamente tiene un impacto diferencial en los valores.

Por otra parte, de los cuatro bienes analizados, el único en el que los niveles de producción del 2003 son superiores a los de 1998 es lavarropas automáticos, lo que evidencia el aumento de la capacidad instalada en el sector, así como la partida de Whirpool tiene la consecuencia obvia de la disminución del stock de capital en el rubro.

Por último, en el Gráfico 1 (en la Pág. SIG.) se aprecia la evolución anual de los precios FOB de importación de la mercadería de origen brasileño para tres de los cuatro productos.

Los descensos acumulados entre el 2000 y el 2003, fueron: heladeras de dos fríos, 28 %; heladeras de un frío,

33,9 %y lavarropas automáticos, 24,6%. Por supuesto que los descensos respecto de 1998 fueron aún mayores, dado que la devaluación del real de enero de 1999 debe haber afectado a la baja la fijación de precios en moneda extranjera de los productos exportables en el Brasil.

El descenso de los precios importados ejerce por competencia una presión a la baja sobre los nacionales y, por lo tanto, sobre los márgenes de utilidad de las empresas domésticas. Dado que la oferta es heterogénea, con empresas de distintas funciones de producción y diverso grado de actualidad tecnológica, aquellas de costos más altos, presumiblemente las más pequeñas dentro del sector nacional, deben haber sido las primeras en sentir los efectos de la penetración brasileña.

Gráfico 1: Precios de importación. Producto de origen brasileño

4. La necesidad de un plan de reconversión del sector

Por lo más arriba argumentado, resulta imprescindible una intervención, acordada con el Estado brasileño, de modo de minimizar posibles daños al proceso de integración, al menos para algunos de estos sectores. A título de ejemplo de los elementos posibles de tal esquema pueden mencionarse: protección condicionada a la realización de inversiones y actualización tecnológica; estímulos al desarrollo de nuevos productos; especialización, de ser posible en acuerdo con firmas brasileñas del mismo rubro; crédito oficial a tasas preferenciales; esquemas fiscales promocionales; todo esto sujeto a criterios de desempeño con un horizonte temporal cierto, y una actitud vigilante de parte de un organismo especial para evitar conductas predatorias o rentísticas de los beneficiarios del esquema de promoción.

La alternativa a una intervención pública es la reiteración cíclica de estos conflictos comerciales, los que son manifestaciones de una tendencia cada vez más firme al desarrollo del aparato industrial en el Brasil y la contracción de ramas enteras de la producción en nuestro país.

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